Filosofía

La sociedad civil está formada por personas que actúan dentro de grupos más o menos organizados para defender intereses comunes y promover acciones colectivas que redunden en beneficio propio o de terceras personas.

La sociedad política está constituida por todas las instituciones creadas con el fin de garantizar el funcionamiento y la pervivencia de una sociedad.

Un Estado es un tipo de sociedad política, característico de las sociedades occidentales a partir del Renacimiento, que incluye la forma de organización social, económica y política que regula la vida comunitaria.

Una nación está formada por un conjunto de personas entre las que existen lazos culturales que van más allá de lo político.

Un régimen político es la forma de gobierno que adopta un determinado Estado. Cada régimen político establece cómo se ejerce y se transmite el poder dentro de él.

Un Gobierno es la institución del Estado que cuenta con el poder político y, por tanto, con la capacidad para tomar decisiones que afectan a la organización política de una sociedad.

La soberanía es la capacidad ilimitada de decidir sobre un territorio determinado, tanto en lo que afecta a cuestiones internas y a su población como en lo referido a la relación con otros territorios y sus habitantes.

El poder político es la capacidad que tiene un individuo o grupo de individuos de tomar decisiones, influir en ellas o evitar que otros tomen decisiones que afecten a todos los miembros de una sociedad o a una parte de ellos.

La autoridad es el derecho a influir en los demás cuando el poder es reconocido y aceptado por aquellos que se colocan a sí mismos bajo el deber de obedecer.

Max Weber ofreció una clasificación de los tipos de autoridad que son efectivos en la política: carismática, tradicional y legal-racional.

La legitimidad consiste en el derecho a ejercer el poder en un régimen político. Es una cualidad fundamental para mantener la estabilidad del sistema.

Algunas características de las instituciones políticas son: la soberanía, el poder político y la autoridad.

Algunos ejemplos de sociedad civil son las asociaciones culturales, los clubes deportivos, las organizaciones no gubernamentales, los sindicatos y los grupos religiosos.

Algunas de las características

La sociedad civil está formada por personas que actúan dentro de grupos más o menos organizados para defender intereses comunes y promover acciones colectivas que redunden en beneficio propio o de terceras personas.

La sociedad política está constituida por todas las instituciones creadas con el fin de garantizar el funcionamiento y la pervivencia de una sociedad.

Un Estado es un tipo de sociedad política, característico de las sociedades occidentales a partir del Renacimiento, que incluye la forma de organización social, económica y política que regula la vida comunitaria.

Una nación está formada por un conjunto de personas entre las que existen lazos culturales que van más allá de lo político.

Un régimen político es la forma de gobierno que adopta un determinado Estado. Cada régimen político establece cómo se ejerce y se transmite el poder dentro de él.

Un Gobierno es la institución del Estado que cuenta con el poder político y, por tanto, con la capacidad para tomar decisiones que afectan a la organización política de una sociedad.

La soberanía es la capacidad ilimitada de decidir sobre un territorio determinado, tanto en lo que afecta a cuestiones internas y a su población como en lo referido a la relación con otros territorios y sus habitantes.

El poder político es la capacidad que tiene un individuo o grupo de individuos de tomar decisiones, influir en ellas o evitar que otros tomen decisiones que afecten a todos los miembros de una sociedad o a una parte de ellos.

La autoridad es el derecho a influir en los demás cuando el poder es reconocido y aceptado por aquellos que se colocan a sí mismos bajo el deber de obedecer.

Max Weber ofreció una clasificación de los tipos de autoridad que son efectivos en la política: carismática, tradicional y legal-racional.

La legitimidad consiste en el derecho a ejercer el poder en un régimen político. Es una cualidad fundamental para mantener la estabilidad del sistema.

Algunas características de las instituciones políticas son: la soberanía, el poder político y la autoridad.

Algunos ejemplos de sociedad civil son las asociaciones culturales, los clubes deportivos, las organizaciones no gubernamentales, los sindicatos y los grupos religiosos.

Algunas de las características

e cualquier organización política y es una cualidad que forma parte del carácter de determinadas personas, así como de las acciones que realizan en el contexto de su vida en sociedad. Es importante porque es el pilar sobre el que se sustenta la convivencia armoniosa de una sociedad y el recto proceder de los individuos en su relación con los demás.¿Qué es la definición de justicia según el derecho romano?Según el derecho romano, la justicia consiste en la voluntad constante y permanente de dar a cada uno lo que le corresponde.¿Cómo describe Platón la justicia en el ser humano?Platón describe la justicia en el ser humano como la armonía de las tres partes en las que se divide el alma humana: razón, ánimo y apetito. Esta armonía se logra cuando cada una de esas tres partes cumple adecuadamente su función. La razón debe gobernar sobre las otras dos partes del alma, el ánimo hace a los seres humanos capaces de afrontar las dificultades con ente

Aristóteles concebía la justicia como una virtud social por excelencia, consistente en hacer lo que conviene a los otros encontrando el equilibrio que evita la injusticia de dar a alguien menos o más de lo que le corresponde.

La virtud de la justicia consiste en elegir siempre un término medio entre dos extremos, uno por defecto y otro por exceso.

Aristóteles distinguió dentro de la virtud de la justicia dos tipos: la justicia como virtud general y la justicia como virtud particular.

La justicia conmutativa es la que rige en los intercambios y obliga a que los que participan en este acto reciban algo de igual valor a aquello que entregan. Por tanto, la justicia conmutativa exige tratar a todos por igual.

La justicia distributiva se aplica al reparto de méritos, honores y cargos. En este caso, la equidad exige no tratar a todos por igual, sino en función de sus méritos o necesidades.

La justicia terrenal es propia de los seres humanos y consiste en el cumplimiento de la ley positiva y la ley natural.

La ley positiva es el conjunto de normas escritas que regulan la convivencia en una sociedad. Cada sociedad elabora su propia ley positiva, por lo que esta varía de unas sociedades a otras.

La ley natural es la que Dios nos da a los seres humanos para orientar nuestra voluntad de modo que logremos alcanzar la perfección de nuestra esencia. Esta ley es universal e igual para todos.

El iusnaturalismo es la doctrina que defiende que todos los seres humanos tienen unos derechos naturales que son inalterables e iguales para todos. La legislación positiva de cualquier Estado, para ser legítima, debería basarse en el respeto a estos derechos naturales.

La justicia correctiva tiene lugar en los tratados mutuos, tanto voluntarios como involuntarios. Es distinta a la justicia distributiva y se refiere a las relaciones entre individuos.

La justicia distributiva de los bienes comunes siempre es conforme a la proporción establecida, mientras que la justicia correctiva es una igualdad y una desigualdad según la aritmética.

La reflexión sobre la justicia en la Edad Moderna se circunscribe a la organización política y deja de ser una virtud personal. Emana de un pacto o contrato fundacional de la sociedad suscrito libremente por quienes deciden formar parte de esa comunidad política.

En la Edad Moderna, se rechaza la fundamentación trascendente de la justicia que apelaba a Dios como su causa última y que habían defendido los autores cristianos.

Para el utilitarismo, la justicia no es una cualidad natural de las personas, las acciones, las normas o las instituciones, sino que es una propiedad que atribuimos a tales cosas en función de si cumplen o no con los intereses colectivos que resultan del pacto social. Estos intereses son aumentar la cantidad de placer y disminuir la cantidad de sufrimiento para el mayor número de personas posible.

Las diferentes corrientes socialistas surgidas en el siglo XIX coincidieron en que la injusticia social tiene su origen en los privilegios de los que gozan unos en detrimento de otros.

El socialismo utópico de Henri de Saint-Simon, Charles Fourier y Robert Owen y el socialismo científico de Karl Marx y Friedrich Engels propusieron la abolición de la propiedad privada y la planificación de la economía agraria e industrial como medidas para favorecer la justicia. A juicio de Marx, la diferencia entre estos dos tipos de socialismo radica en que el socialismo utópico, tras denunciar la injusticia de la desigualdad social, no propone ninguna práctica revolucionaria que haga efectiva la sociedad igualitaria que defiende. El socialismo científico, en cambio, analiza la historia de la humanidad para descubrir en ella las condiciones materiales para la emancipación del proletariado. Este análisis les permite profetizar, según Marx y Engels, el fin del capitalismo y la instauración de una dictadura del proletariado que debe dar paso a una sociedad comunista.

Joseph Proudhon compartió el diagnóstico del socialismo, pero su concepto

Rawls no consideraba justas acciones o normas que perjudicaran seriamente a unos pocos, aunque una gran mayoría se viera beneficiada.

Para Rawls, para lograr una sociedad justa es necesario garantizar la imparcialidad.

Rawls propone realizar una especie de experimento mental en el que se parte de una posición inicial en la que una serie de personas se disponen a elaborar las normas de una sociedad de la que ellas formarán parte, manteniendo el velo de la ignorancia.

Los dos principios fundamentales de la justicia según Rawls son: el principio de la libertad y el principio de la diferencia.

La teoría de Rawls recibió críticas bien por no considerarla suficientemente liberal, como ocurrió en el caso de Robert Nozick, o bien por no considerarla suficientemente igualitaria.

John Rawls es un filósofo estadounidense que fue profesor de la Universidad de Harvard y es considerado uno de los pensadores más influyentes del siglo XX en el campo de la filosofía moral y política.

La doctrina de Rawls ha sido catalogada como liberalismo igualitario, ya que defiende la idea de una democracia liberal avanzada con un fuerte Estado de bienestar.

La publicación de la Teoría de la justicia de Rawls en 1971 generó un gran debate público que renovó el interés por el ámbito de la filosofía moral y política, y que dio lugar a la aparición de un gran número de ensayos que se posicionaban a favor o en contra de las tesis defendidas en el libro.

Los derechos humanos son exigencias de dignidad, libertad e igualdad que corresponden a todo ser humano por el mero hecho de serlo.

Un derecho se reconoce por medio de una norma o una ley.

El respeto a los derechos queda garantizado cuando se recogen en el ordenamiento jurídico de un Estado y se establecen procedimientos para hacerlos efectivos y sanciones para quienes no los respeten.

Las características básicas de los derechos humanos son su universalidad, inalienabilidad e imprescriptibilidad.

Existen varias teorías sobre la fundamentación de los derechos humanos, entre ellas, la que sostiene que la vida, la libertad y la dignidad son valores que necesitan ser protegidos por encima de las circunstancias particulares de cada ordenamiento jurídico positivo, y la que defiende que los derechos humanos tienen su fundamento en la ley positiva que los incorpora y garantiza así su ejercicio.

Por encima del ordenamiento jurídico positivo de todo Estado, existe un orden superior, que podemos llamar ley natural, y que está vinculado a la naturaleza humana. Esta ley natural debe orientar y condicionar el contenido de toda legislación positiva, de modo que se garantice el reconocimiento y la protección de los derechos que por naturaleza correspondan al ser humano.

La sociedad civil está formada por personas que actúan dentro de grupos más o menos organizados para defender intereses comunes y promover acciones colectivas que redunden en beneficio propio o de terceras personas.

La sociedad política está constituida por todas las instituciones creadas con el fin de garantizar el funcionamiento y la pervivencia de una sociedad.

Un Estado es un tipo de sociedad política, característico de las sociedades occidentales a partir del Renacimiento, que incluye la forma de organización social, económica y política que regula la vida comunitaria.

Una nación está formada por un conjunto de personas entre las que existen lazos culturales que van más allá de lo político.

Un régimen político es la forma de gobierno que adopta un determinado Estado. Cada régimen político establece cómo se ejerce y se transmite el poder dentro de él.

Un Gobierno es la institución del Estado que cuenta con el poder político y, por tanto, con la capacidad para tomar decisiones que afectan a la organización política de una sociedad.

La soberanía es la capacidad ilimitada de decidir sobre un territorio determinado, tanto en lo que afecta a cuestiones internas y a su población como en lo referido a la relación con otros territorios y sus habitantes.

El poder político es la capacidad que tiene un individuo o grupo de individuos de tomar decisiones, influir en ellas o evitar que otros tomen decisiones que afecten a todos los miembros de una sociedad o a una parte de ellos.

La autoridad es el derecho a influir en los demás cuando el poder es reconocido y aceptado por aquellos que se colocan a sí mismos bajo el deber de obedecer.

Max Weber ofreció una clasificación de los tipos de autoridad que son efectivos en la política: carismática, tradicional y legal-racional.

La legitimidad consiste en el derecho a ejercer el poder en un régimen político. Es una cualidad fundamental para mantener la estabilidad del sistema.

Algunas características de las instituciones políticas son: la soberanía, el poder político y la autoridad.

Algunos ejemplos de sociedad civil son las asociaciones culturales, los clubes deportivos, las organizaciones no gubernamentales, los sindicatos y los grupos religiosos.

Algunas de las características

La justicia es el principio universal que debe servir de fundamento a las leyes y las instituciones de cualquier organización política y es una cualidad que forma parte del carácter de determinadas personas, así como de las acciones que realizan en el contexto de su vida en sociedad. Es importante porque es el pilar sobre el que se sustenta la convivencia armoniosa de una sociedad y el recto proceder de los individuos en su relación con los demás.

Según el derecho romano, la justicia consiste en la voluntad constante y permanente de dar a cada uno lo que le corresponde.

Platón describe la justicia en el ser humano como la armonía de las tres partes en las que se divide el alma humana: razón, ánimo y apetito. Esta armonía se logra cuando cada una de esas tres partes cumple adecuadamente su función. La razón debe gobernar sobre las otras dos partes del alma, el ánimo hace a los seres humanos capaces de afrontar las dificultades con entereza y valentía, y el apetito ha de ser moderado en su deseo de obtener placeres sensibles y cubrir las necesidades del cuerpo.

En la sociedad, la justicia consiste en la correcta organización que hace posible la satisfacción ordenada de las necesidades de sus habitantes. Toda sociedad debe atender a tres tipos de necesidades: económicas, de defensa y de gobierno. Una comunidad política es justa cuando se ordena de tal modo que existan tres grupos sociales encargados, respectivamente, de la satisfacción de cada una de esas tres necesidades. Además, ha de cumplirse que cada grupo esté formado únicamente por las personas más capacitadas para desempeñar la función que les corresponde. Por consiguiente, un Estado es justo cuando sus gobernantes son prudentes, sus militares y policías son fuertes y valientes, y sus artesanos y comerciantes son moderados.

Aristóteles concebía la justicia como una virtud social por excelencia, consistente en hacer lo que conviene a los otros encontrando el equilibrio que evita la injusticia de dar a alguien menos o más de lo que le corresponde.

La virtud de la justicia consiste en elegir siempre un término medio entre dos extremos, uno por defecto y otro por exceso.

Aristóteles distinguió dentro de la virtud de la justicia dos tipos: la justicia como virtud general y la justicia como virtud particular.

La justicia conmutativa es la que rige en los intercambios y obliga a que los que participan en este acto reciban algo de igual valor a aquello que entregan. Por tanto, la justicia conmutativa exige tratar a todos por igual.

La justicia distributiva se aplica al reparto de méritos, honores y cargos. En este caso, la equidad exige no tratar a todos por igual, sino en función de sus méritos o necesidades.

La justicia terrenal es propia de los seres humanos y consiste en el cumplimiento de la ley positiva y la ley natural.

La ley positiva es el conjunto de normas escritas que regulan la convivencia en una sociedad. Cada sociedad elabora su propia ley positiva, por lo que esta varía de unas sociedades a otras.

La ley natural es la que Dios nos da a los seres humanos para orientar nuestra voluntad de modo que logremos alcanzar la perfección de nuestra esencia. Esta ley es universal e igual para todos.

El iusnaturalismo es la doctrina que defiende que todos los seres humanos tienen unos derechos naturales que son inalterables e iguales para todos. La legislación positiva de cualquier Estado, para ser legítima, debería basarse en el respeto a estos derechos naturales.

La justicia correctiva tiene lugar en los tratados mutuos, tanto voluntarios como involuntarios. Es distinta a la justicia distributiva y se refiere a las relaciones entre individuos.

La justicia distributiva de los bienes comunes siempre es conforme a la proporción establecida, mientras que la justicia correctiva es una igualdad y una desigualdad según la aritmética.

La reflexión sobre la justicia en la Edad Moderna se circunscribe a la organización política y deja de ser una virtud personal. Emana de un pacto o contrato fundacional de la sociedad suscrito libremente por quienes deciden formar parte de esa comunidad política.

En la Edad Moderna, se rechaza la fundamentación trascendente de la justicia que apelaba a Dios como su causa última y que habían defendido los autores cristianos.

Para el utilitarismo, la justicia no es una cualidad natural de las personas, las acciones, las normas o las instituciones, sino que es una propiedad que atribuimos a tales cosas en función de si cumplen o no con los intereses colectivos que resultan del pacto social. Estos intereses son aumentar la cantidad de placer y disminuir la cantidad de sufrimiento para el mayor número de personas posible.

Las diferentes corrientes socialistas surgidas en el siglo XIX coincidieron en que la injusticia social tiene su origen en los privilegios de los que gozan unos en detrimento de otros.

El socialismo utópico de Henri de Saint-Simon, Charles Fourier y Robert Owen y el socialismo científico de Karl Marx y Friedrich Engels propusieron la abolición de la propiedad privada y la planificación de la economía agraria e industrial como medidas para favorecer la justicia. A juicio de Marx, la diferencia entre estos dos tipos de socialismo radica en que el socialismo utópico, tras denunciar la injusticia de la desigualdad social, no propone ninguna práctica revolucionaria que haga efectiva la sociedad igualitaria que defiende. El socialismo científico, en cambio, analiza la historia de la humanidad para descubrir en ella las condiciones materiales para la emancipación del proletariado. Este análisis les permite profetizar, según Marx y Engels, el fin del capitalismo y la instauración de una dictadura del proletariado que debe dar paso a una sociedad comunista.

Joseph Proudhon compartió el diagnóstico del socialismo, pero su concepto

Rawls no consideraba justas acciones o normas que perjudicaran seriamente a unos pocos, aunque una gran mayoría se viera beneficiada.

Para Rawls, para lograr una sociedad justa es necesario garantizar la imparcialidad.

Rawls propone realizar una especie de experimento mental en el que se parte de una posición inicial en la que una serie de personas se disponen a elaborar las normas de una sociedad de la que ellas formarán parte, manteniendo el velo de la ignorancia.

Los dos principios fundamentales de la justicia según Rawls son: el principio de la libertad y el principio de la diferencia.

La teoría de Rawls recibió críticas bien por no considerarla suficientemente liberal, como ocurrió en el caso de Robert Nozick, o bien por no considerarla suficientemente igualitaria.

John Rawls es un filósofo estadounidense que fue profesor de la Universidad de Harvard y es considerado uno de los pensadores más influyentes del siglo XX en el campo de la filosofía moral y política.

La doctrina de Rawls ha sido catalogada como liberalismo igualitario, ya que defiende la idea de una democracia liberal avanzada con un fuerte Estado de bienestar.

La publicación de la Teoría de la justicia de Rawls en 1971 generó un gran debate público que renovó el interés por el ámbito de la filosofía moral y política, y que dio lugar a la aparición de un gran número de ensayos que se posicionaban a favor o en contra de las tesis defendidas en el libro.

Los derechos humanos son exigencias de dignidad, libertad e igualdad que corresponden a todo ser humano por el mero hecho de serlo.

Un derecho se reconoce por medio de una norma o una ley.

El respeto a los derechos queda garantizado cuando se recogen en el ordenamiento jurídico de un Estado y se establecen procedimientos para hacerlos efectivos y sanciones para quienes no los respeten.

Las características básicas de los derechos humanos son su universalidad, inalienabilidad e imprescriptibilidad.

Existen varias teorías sobre la fundamentación de los derechos humanos, entre ellas, la que sostiene que la vida, la libertad y la dignidad son valores que necesitan ser protegidos por encima de las circunstancias particulares de cada ordenamiento jurídico positivo, y la que defiende que los derechos humanos tienen su fundamento en la ley positiva que los incorpora y garantiza así su ejercicio.

Por encima del ordenamiento jurídico positivo de todo Estado, existe un orden superior, que podemos llamar ley natural, y que está vinculado a la naturaleza humana. Esta ley natural debe orientar y condicionar el contenido de toda legislación positiva, de modo que se garantice el reconocimiento y la protección de los derechos que por naturaleza correspondan al ser humano.