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18 Cartas en este set
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La sirena
Aun hombre suele agobiarle en secreto el papel que debe ejercer: ser siempre responsable, dominante y racional. La sirena es la máxima figura de la fantasía masculina porque brinda una liberación total de las limitaciones de la vida. En su presencia, siempre realzada y sexualmente cargada, el hombre se siente transportado a un mundo de absoluto placer. Ella es peligrosa, y al perseguirla con tesón, el hombre puede perder el control de sí, algo que ansía hacer. La sirena es un espejismo: tienta a los hombres cultivando una apariencia y actitud particulares. En un mundo en que las mujeres son, con frecuencia, demasiado tímidas para proyectar esa imagen, la sirena aprende a controlar la libido de los hombres encarnando su fantasía. |
El libertino
Una mujer nunca se siente suficientemente deseada y apreciada. Quiere atención, pero demasiado a menudo el hombre es distraído e insensible. El libertino es una de las grandes figuras de la fantasía femenina: cuando desea a una mujer, por breve que pueda ser ese momento, irá hasta el fin del mundo por ella. Puede ser infiel, deshonesto y amoral, pero eso no hace sino aumentar su atractivo. A diferencia del hombre decente normal, el libertino es deliciosamente desenfrenado, esclavo de su amor por las mujeres. Está además el señuelo de su reputación: tantas mujeres han sucumbido a él que debe haber un motivo. Las palabras son la debilidad de una mujer, y él es un maestro del lenguaje seductor. Despierta el ansia reprimida de una mujer adaptando a ti la combinación de peligro y placer del libertino. |
El@ amante ideal
La mayoría de la gente tiene sueños de juventud que se hacen trizas o desgastan con la edad. Se ve decepcionada por personas, sucesos y realidades que no están a la altura de sus aspiraciones juveniles. L@s amantes ideales medran en esos sueños insatisfechos, convertidos en duraderas fantasías. ¿Anhelas romance? ¿Aven-tura? ¿Suprema comunión espiritual? El@ amante ideal refleja tu fantasía. Es expert@ en crear la ilusión que necesitas, idealizando tu imagen. En un mundo de bajeza y desencanto, hay un ilimitado poder seductor en seguirla senda del@ amante ideal. |
El dandy
Casi tod@s nos sentimos atrapad@s en los limitados papeles que el mundo espera que actuemos. Al instante nos atraen quienes son más desenvuelt@s, más ambigu@s, que nosotr@s: aquell@s que crean su propio personaje. Los dandys nos excitan porque son inclasificables, y porque insinúan una libertad que deseamos. Juegan con la masculinidad y la feminidad; inventan su imagen física, asombrosa siempre; son misteriosos y elusivos. Apelan también al narcisismo de cada sexo: para una mujer son psicológicamente femeninos, para un hombre son masculinos. Los dandys fascinan y seducen en grandes cantidades. Usa la eficacia del dandy para crear una presencia ambigua y tentadora que agite deseos reprimidos. |
El@ cándid@
La niñez es el paraíso dorado que, consciente o inconscientemente, en todo momento intentamos recrear. El@ cándid@ personifica las añoradas cualidades de la infancia: espontaneidad, sinceridad, sencillez. En presencia de l@s cándid@s nos sentimos a gusto, arrebatad@s por su espíritu juguetón, transportad@s a esa edad de oro. Ell@s hacen de la debilidad virtud, pues la compasión que despiertan con sus tanteos nos impulsa a protegerl@s y ayudarl@s. Como en l@s niñ@s, gran parte de esto es natural, pero otra es exagerada, una maniobra intencional de seducción. Adopta la actitud del@ cándid@ para neutralizar la reserva natural de la gente y contagiarla de tu des-valido encanto. |
La coqueta
La habilidad para re-tardar la satisfacción es el arte con-sumado de la seducción: mientras espera, la víctima está subyugada. Las coquetas son las grandes maestras de este juego, pues orquestan el vaivén entre esperanza y frustración. Azuzan con una promesa de premio —la esperanza de placer físico, felicidad, fama por asociación, poder— que resulta elusiva, pero que solo provoca que sus objetivos las persigan más. Las coquetas semejan ser totalmente autosuficientes: no te necesitan, paredecir, y su narcisismo resulta endemoniadamente atractivo. cen Quieres conquistarlas, pero ellas tienen las cartas. La estrategia de la coqueta es no ofrecer nunca satisfacción total. Imita la vehemencia e indiferencia alternadas de la coqueta y mantendrás al seducido tras de ti. |
El@ encantador@
El encanto es la seducción sin sexo. L@s encantador@s son manipulador@s consumad@s que encubren su destreza generando un ambiente de bienestar y placer. Su método es simple: desviar la atención de sí mism@s y dirigirla a su objetivo. Comprenden tu espíritu, sienten tu pena, se adaptan a tu estado de ánimo. En presencia de un@ encantador@,te sientes mejor. L@s encantador@s no discuten, pelean, se quejan ni fastidian: ¿qué podría ser más seductor? Al atraerte con su indulgencia, te hacen dependiente de ell@s, y su poder aumenta. Aprende a ejercer el hechizo del@ encantador@ apuntando a las debilidades primarias de la gente: vanidad y amor propio. |
El@ carismátic@
El carisma es una presencia que nos excita. Procede de una cualidad interior —seguridad, energía sexual, determinación, placidez— que la mayoría de la gente no tiene y desea. Esta cualidad resplandece, e impregna los gestos de l@s carismátic@s, haciéndol@s parecer extraordinari@s y superiores, e induciéndonos a imaginar que son más grandes de lo que parecen: dios@s, sant@s, estrellas. Ell@s aprenden a aumentar su carisma con una mirada penetrante, una oratoria apasionada y un aire de misterio. Pueden seducir a gran escala. Crea la ilusión carismática irradiando fuerza, aunque sin involucrarte. |
La estrella
La vida diaria es dura, y casi tod@s buscamos incesantemente huir de ella en sueños y fantasías. Las estrellas aprovechan esta debilidad; al distinguirse de los demás por su atractivo y característico estilo, nos empujan a mirarlas. Al mismo tiempo, son vagas y etéreas, guardan su distancia y nos dejan imaginar más de lo que existe. Su irrealidad actúa en nuestro inconsciente; ni si quiera sabemos cuánto las imitamos. Aprende a ser objeto de fascinación proyectando la brillante y escurridiza presencia de la estrella. |
El@ antiseductor@
L@s seductor@s te atraen por la atención concentrada e individualizada que te prestan. L@s antiseductor@s son lo contrario: insegur@s, ensimismad@s e incapaces de entender la psicología de otra persona; literalmente repelen. L@s antiseductor@s no tienen conciencia de sí mism@s, y jamás reparan en cuándo fastidian, imponen, hablan demasiado. Carecen de sutileza para crear el augurio de placer que la seducción requiere. Erradica de ti los rasgos antiseductores y reconócelos en otr@s; tratar con un@ antiseductor@ no es placentero ni provechoso. |
EL PROCESO DE LA SEDUCCIÓN
1. Elige la víctima correcta Todo depende del objetivo de tu seducción. Estudia detalladamente a tu presa, y elige solo las que serán susceptibles a tus encantos. Las víctimas correctas son aquellas en las que puedes llenar un vacío, lasque ven en ti algo exótico. A menudo están aisladas o son al menos un tanto infelices (a causa tal vez de recientes circunstancias adversas), o se les puede llevar con facilidad a ese punto, porque la persona totalmente satisfecha es casi imposible de seducir. La víctima perfecta posee alguna cualidad innata que te atrae. Las intensas emociones que esta cualidad inspira contribuirán a hacer que tus maniobras de seducción parezcan más naturales y dinámicas. La víctima perfecta da lugar a la caza perfecta. |
2. Crea una falsa sensación de seguridad: Acércate
indirectamente Si al principio eres demasiado direct@, corres el riesgo de causar una resistencia que nunca cederá. Al comenzar, no debe haber nada seductor en tu actitud. La seducción ha de iniciarse desde un ángulo, indirectamente, para que el objetivo se percate de ti en forma gradual. Ron-da la periferia de la vida de tu blanco: aproxímate a través de un tercero, o finge cultivar una relación en cierto modo neutral, pasando poco a poco de amig@ a amante. Trama un encuentro «casual», como si tu blanco y tú estuvieran destinados a conocerse; nada es más seductor que una sensación de destino. Haz que el objetivo se sienta seguro, y luego ataca. |
3. Emite señales contradictorias
Una vez que la gente percibe tu presencia, y que, incluso, se siente vagamente intrigada por ella, debes fomentar su interés antes de que lo dirija a otr@.Lo obvio y llamativo puede atraer su atención al principio, pero esa atención suele ser efímera; a la larga, la ambigüedades mucho más potente. La mayoría somos demasiado obvi@s; tú sé difícil de entender. Emite señales contradictorias: duras y suaves, espirituales y terrenales, astutas e inocentes. Una mezcla de cualidades sugiere profundidad, lo que fascina tanto como confunde. Un aura elusiva y enigmática hará que la gente quiera saber más, y esto la atraerá a tu círculo. Crea esa fuerza sugiriendo que hay algo contradictorio en ti |
4. Aparenta ser un objeto de deseo: Forma triángulos
Poc@s se sienten atraíd@s por una persona que otr@s evitan o relegan; la gente se congrega en torno a l@s que despiertan interés. Queremos lo que otr@s quieren. Para atraer más a tus víctimas y provocarles el ansia de poseerte, debes crear un aura de deseabilidad: de ser requerid@ y cortejad@por much@s. Será para ell@s cuestión de vanidad volverse el objeto preferido de tu atención, conquistarte sobre una multitud de admirador@s. Crea la ilusión de popularidad rodeándote de personas del sexo opuesto: amig@s, ex-amantes, pretendientes. Forma triángulos que estimulen la rivalidad y aumenten tu valor. Hazte de una fama que te preceda: si much@s han sucumbido a tus encantos, debe haber una razón. |
5. Engendra una necesidad: Provoca ansiedad y
descontento Una persona completamente satisfecha no puede ser seducida. Tienes que infundir tensión y disonancia en la mente de tus objetivos. Suscita en ellos sensaciones de descontento, disgusto con sus circunstancias y ellos mismos: su vida carece de aventura, se han apartado de sus ideales de juventud, se han vuelto aburridos. Las sensaciones de insuficiencia que crees te brindarán la oportunidad de insinuarte, de hacer que te vean como la solución a sus problemas. Angustia y ansiedad son los precursores apropiados del placer. Aprende a inventar la necesidad que tú puedes saciar |
6. Domina el arte de la insinuación
Hacer que tus objetivos se sientan insatisfechos y en necesidad de tu atención es esencial; pero si eres demasiado obvi@, entreverán tu intención y se pondrán a la defensiva. Sin embargo, aún no se conoce defensa contra la insinuación, el arte de sembrar ideas en la mente de los demás soltando alusiones escurridizas que echen raíces días después, hasta hacerles parecer a ellos que son ideas propias. La insinuación es el medio supremo para influir en la gente. Crea un sublenguaje — afirmaciones atrevidas seguidas por retractaciones y disculpas, comentarios ambiguos, charla banal combinada con miradas tentadoras— que entre en el inconsciente de tu blanco para transmitirle tu verdadera intención. Vuelve todo sugerente |
7. Penetra su espíritu
Casi todas las personas se encierran en su mundo, lo que las hace obstinadas y difíciles de convencer. El modo de sacarlas de su concha e iniciar tu seducción es penetrar su espíritu. Juega según sus reglas, gusta de lo que gustan, adáptate a su estado de ánimo. Halagarás así su arraigado narcisismo, y reducirás sus defensas. Hipnotizadas por la imagen especular que les presentas, se abrirán, y serán vulnerables a tu sutil influencia. Pronto podrás cambiar la dinámica: una vez que hayas penetrado su espíritu, puedes hacer que ellas penetren el tuyo, cuando sea demasiado tarde para dar marcha atrás. Cede a cada antojo y capricho de tus blancos, para no darles motivo de reaccionar o resistirse. |
8. Crea tentación
Haz caer al objetivo en tu seducción creando la tentación adecuada: un destello de los placeres por venir. Así como la serpiente tentó a Eva con la promesa del conocimiento prohibido, tú debes despertaren tus objetivos un deseo que no puedan controlar. Busca su debilidad, esa fantasía aún por conseguir, y da a entender que puedes alcanzarla. Podría ser riqueza, podría ser aventura, podrían ser placeres prohibidos y vergonzosos; la clave es que todo sea vago. Pon el premio ante sus ojos, aplazando la satisfacción, y que su mente haga el resto. El futuro parecerá pletórico de posibilidades. Estimula una curiosidad más intensa que las dudas y ansiedades que la acompañan, y ell@s te seguirán. |
9. Manténl@s en suspenso: ¿Qué sigue?
En cuanto la gente cree saber qué puede esperar de ti, tu hechizo ha terminado. Más todavía: le has cedido poder. La única manera de adelantarse al@ seducid@ y mantener esa ventaja es generar suspenso, una sorpresa calculada. La gente adora el misterio, y esta es la clave para atraerla aún más a tu telaraña. Actúa de tal forma que no deje de preguntarse: «¿Qué tramas?». Hacer algo que los demás no esperan de ti les procurará una deliciosa sensación de espontaneidad: no podrán saber qué sigue. Tú estás siempre un paso adelante y al mando. Estremece a la víctima con un cambio súbito de dirección. |
10. Usa el diabólico poder de las palabras para
sembrar confusión Es difícil lograr que la gente es-cuche; sus deseos y pensamientos la consumen, y no tiene tiempo para los tuyos. El truco para que atienda es decirle lo que quiere oír, llenarle los oídos con lo que le agrada. Esta es la esencia del lenguaje de la seducción. Aviva las emociones de la gente con indirectas, halágala, alivia sus inseguridades, envuélvela con fantasías, dulces palabras y promesas, y no solo te escuchará: perderá el deseo de resistírsete. Da vaguedad a tu lenguaje, para que los demás hallen en él lo que desean. Usa la escritura para despertar fantasías y crear un retrato idealizado de ti mism@ |
11. Presta atención a los detalles
Las nobles pa-labras de amor y los gestos imponentes pueden ser sospechosos: ¿por qué te empeñas tanto en complacer? Los detalles de una seducción —los gestos sutiles, lo que haces sin pensar— suelen ser más fascinantes y reveladores. Aprende a distraer a tus víctimas con miles de pequeños y gratos rituales: amables regalos justo para ellas, ropa y accesorios destinados a complacerlas, actos que den realce al tiempo y atención que les dedicas. Todos sus sentidos participan en los detalles que orquestas. Crea espectá***** que las deslumbren; hipnotizadas por lo que ven, no advertirán lo que en verdad te propones. Aprende a sugerir con detalles los sentimientos y el ánimo apropiados. |
12. Poetiza tu presencia
Cuando tus objetivos están solos, suceden cosas importantes: la menor sensación de alivio deque no estés ahí, y todo habrá terminado. Familiaridad y sobrexposición son la causa de esa respuesta. Sé esquiv@, entonces, para que cuando estés lejos, ansíen verte de nuevo, y solo te asociarán con ideas gratas. Ocupa la mente de tus blancos alternando una presencia incitante con una fría distancia, momentos eufóricos con ausencias calculadas. Asóciate con imágenes y cosas poéticas, para que cuando ellos piensen en ti, empiecen a verte a través de un halo idealizado. Cuanto más figures en su mente, más te envolverán en seductoras fantasías. Nutre estas fantasías con sutiles inconsecuencias y cambios en tu conducta. |
13. Desarma con debilidad y vulnerabilidad
estratégicas Demasiada manipulación de tu parte puede despertar sos-pechas. Lo mejor para cubrir tus huellas es hacer que la otra persona se sienta superior y más fuerte. Si das la impresión de ser débil, vulnerable, esclav@ del @otr@ e incapaz de controlarte, tus acciones parecerán más naturales, menos calculadas. La debilidad física —lágrimas, vergüenza, palidez— contribuirá a producir ese efecto. Para merecer más confianza, cambia honestidad por virtud: establece tu «sinceridad» confesando algún pecado; no es necesario que sea real. La sinceridad es más importante que la bondad. Hazte la víctima, y luego transforma en amor la compasión de tu objetivo. |
14. Mezcla deseo y realidad: La ilusión perfecta
Para compensar las dificultades de la vida, la gente pasa mucho tiempo ensoñando, imaginando un futuro repleto de aventura, éxito y romance. Si puedes crear la ilusión de que, gracias a ti, ella puede cumplir sus sueños, la tendrás a tu merced. Es importante empezar despacio, ganando su confianza, y forjar gradualmente la fantasía acorde a sus anhelos. Apunta a los secretos deseos frustrados o reprimidos, para provocar emociones incontrolables y ofuscar su razón. La ilusión perfecta es la que no se aparta mucho de la realidad, sino que posee apenas un toque de irrealidad, como al soñar despiert@. Lleva al@ seducid@a un punto de confusión en que ya no pueda distinguir entre ilusión y realidad. |
15. Aísla a la víctima
Una persona aislada es débil. Al aislar lentamente a tus víctimas, las vuelves más vulnerables a tu influencia. Su aislamiento puede ser psicológico: llenando su campo de visión con la grata atención que les prestas, sacas todo lo demás de su mente. Ven y piensan solo en ti. El aislamiento también puede ser físico: aléjalas de su medio normal (amigos, familia, casa). Hazlas sentirse marginadas, en el limbo: que dejan un mundo atrás y entran a otro. Una vez apartadas de esa manera, carecen de apoyo externo, y en su confusión será fácil descarriar-las. Haz caer al@ seducid@ en tu guarida, donde nada le es familiar. |
16. Muestra de lo que eres capaz
La mayoría quiere ser seducida. Si se resiste a tus esfuerzos, quizá se deba a que no has llegado lo bastante lejos para disipar sus dudas, sobre tus motivos, la hondura de tus sentimientos y demás. Una acción oportuna que demuestre hasta dónde estás dispuest@ a llegar para conquistarla desvanecerá sus dudas. No te importe parecer ridícul@ o cometer un error; cualquier acto de abnegación por tus objetivos arrollará de tal manera sus emociones que no notarán nada más. Nunca exhibas desánimo por la resistencia de la gente, ni te quejes. En cambio, enfrenta el reto haciendo algo extremoso o cortés. A la inversa, alienta a l@s demás a demostrar su valía volviéndote difícil de alcanzar, inasible, disputable. |
17. Efectúa una regresión
La gente que ha experimentado cierto tipo de placer en el pasado, intentará repetirlo o recordarlo. Los recuerdos más arraigados y agradables suelen ser los de la temprana infancia, a menudo inconscientemente asociados con la figura paterna o materna. Haz que tus objetivos vuelvan a esos momentos infiltrándote en el triángulo edípico y poniéndolos a ellos como el@ niñ@ necesitad@. Ignorantes de la causa de su reacción emocional, se enamorarán de ti. O bien, también tú puedes experimentar una regresión, dejándoles a tus blancos desempeñar el papel de padres/madres protector@, salvaguard@s. En uno u otro caso, ofreces la fantasía suprema: la posibilidad de tener una relación íntima con mamá o papá, hijo o hija. |
18. Fomenta las transgresiones y lo prohibido
Siempre hay límites sociales a lo que uno puede hacer. Algunos de ellos, los tabúes más elementales, datan de hace siglos; otros son más superficiales, y simplemente definen la conducta cortés y aceptable. Hacer sentir a tus objetivos que los conduces más allá de cualquier límite es extremadamente seductor. La gente ansía explorar su lado oscuro. No todo en el amor romántico debe ser tierno y delicado; insinúa poseer una vena cruel, aun sádica. No respetes diferencias de edad, votos conyugales, lazos familiares. Una vez que el deseo de transgresión atrae a tus blancos hacia ti, les será difícil detenerse. Llévalos más lejos de lo que imaginaron; la sensación compartida de culpa y complicidad creará un poderoso vínculo. |
19. Usa señuelos espirituales
Tod@s tenemos dudas e inseguridades, sobre nuestro cuerpo, autoestima, sexualidad. Si tu seducción apela exclusivamente a lo físico, atizarás esas dudas y cohibirás a tus objetivos. Líbralos en cambio de sus inseguridades dirigiendo su atención a algo sublime y espiritual: una experiencia religiosa, una eminente obra de arte, el ocultismo. Exagera tus cualidades divinas; adopta un aire de insatisfacción con las cosas materiales; habla de las estrellas, el destino, la trama oculta que te une con el objeto de tu seducción. Perdido en una bruma espiritual, el objetivo se sentirá ligero y desinhibido. Acentúa el efecto de tu seducción haciendo que su culminación sexual semeje la unión espiritual de dos almas. |
20. Combina el placer y el dolor
El error más grande en la seducciones ser demasiado comedid@. Tu amabilidad quizá sea encantadora al principio, pero pronto se volverá monótona; te esmeras mucho en complacer, y pareces insegur@. En vez de agobiar a tus blancos con tu decencia, prueba infligirles algo de dolor. Atráelos con una atención concentrada, y luego cambia de dirección, pareciendo indiferente de pronto. Hazlos sentir culpables e inseguros. Instiga incluso un rompimiento, sometiéndolos a un vacío y dolor que te den margen para maniobrar; después, una reconciliación, una disculpa, el retorno a tu amabilidad de antes, hará que les tiemblen las piernas. Cuanto más bajo llegues, más alto ascenderás. Para aumentar la carga erótica, creala excitación del temor. |
21. Dales la oportunidad de caer: El@ perseguidor@
perseguid@ Si tus objetivos se acostumbran a que seas tú el@ agresor@, pondrán poca energía de su parte, y la tensión disminuirá. Debes despabilarlos, invertirla situación. Una vez sometidos a tu hechizo, da un paso atrás, y empezarán a seguirte. Comienza con un dejo de distanciamiento, una desaparición inesperada, la insinuación de que te aburres. Causa agitación fingiendo interesarte en otr@. No seas explícit@; que solo lo sientan, y su imaginación hará el resto, creando la duda que deseas. Pronto querrán poseerte físicamente, y su compostura se evaporará. La meta es que caigan en tus brazos por iniciativa propia. Crea la ilusión de que se seduce al@ seductor@ |
22. Usa señuelos físicos
Los objetivos de mente activa son peligrosos: si entrevén tus manipulaciones, podrían tener súbitas dudas. Pon a descansar su mente poco a poco y despierta sus durmientes sentidos combinando una actitud no defensiva con una presencia sexual apasionada. Mientras tu aire sereno y despreocupado reduce sus inhibiciones, tus miradas, voz y modales — desbordantes de sexo y deseo— les crisparán los nervios y elevarán su temperatura. No fuerces nunca el contacto físico; en cambio, contagia de ardor a tus blancos, hazles sentir apetito carnal. Condúcelos al momento: un presente intenso en que la moral, el juicio y la preocupación por el futuro se derretirán por igual y el cuerpo sucumbirá al placer. |
23. Domina el arte de la acción audaz
Ha llegado un momento especial: tu víctima te desea sin duda alguna, pero no está dispuesta a admitirlo con franqueza, y mucho menos a consentirlo. Es hora de dejar de lado la caballerosidad, la amabilidad y la coquetería y desarrollar con una acción audaz. No des tiempo a la víctima de pensar en las consecuencias; genera conflicto, provoca tensión, para que la acción audaz sea una gran liberación. Exhibir vacilación o torpeza indicará que piensas en ti, no que estás abrumad@ por los encantos de la víctima. Jamás te contengas ni dejes al objetivo a medio camino, en la creencia de que eres correct@ y considerad@; es momento de ser seductor@, no polític@. Alguien debe pasar a la ofensiva, y ese eres tú. |
24. Cuídate de las secuelas
El peligro se cuenta entre las repercusiones de una seducción satisfactoria. Una vez llegadas a un extremo, las emociones suelen oscilar en la dirección opuesta, hacia la lasitud, la desconfianza y la desilusión. Cuídate de una larga, interminable despedida; insegura, la víctima se aferrará, y los dos sufrirán. Si vas a romper, haz el sacrificio rápida y repentinamente. De ser necesario, rompe deliberadamente el encanto que has creado. Si vas a permanecer en una relación, guárdate del decaimiento del empuje, la reptante familiaridad que estropeará la fantasía. Si el juego debe continuar, se impone una segunda seducción. Jamás permitas que la otra persona deje de valorarte: sírvete de la ausencia, crea aflicción y conflicto, mantén en ascuas al@ seducid@ |
Apéndice A; Ambiente seductor/Momento seductor
En la seducción, tus víctimas deben llegar asentir poco a poco un cambio interno. Bajo tu influencia, deponen sus defensas, y se sienten en libertad de actuar de otro modo, de ser distintas. Ciertos lugares, ambientes y experiencias te serán de mucha ayuda en tu afán de cambiar y transformar al@ seducido@.Los espacios con una cualidad teatral acentuada —opulencia, superficies relucientes, espíritu lúdico— generan una sensación optimista, infantil, que dificulta a la víctima pensar con claridad. Crear una noción alterada del tiempo tiene un efecto similar: momentos vertiginosos, memorables y destacados, un ánimo de fiesta y juego. Haz que tus víctimas sientan que estar contigo les brinda una experiencia diferente a la de estar en el mundo real |
Apéndice B; Seducción suave: Cómo vender cualquier
cosa a las masas Entre menos parezca que vendes algo —incluid@ tú mism@—, mejor. Si eres demasiado obvi@ en tus argumentos, despertarás sospechas; también, aburrirás a tu público, un pecado imperdonable. Usa en cambio un método suave, seductor y acechante. Suave: sé indirect@. Provoca noticias y hechos que los medios recojan, con lo que difundirás tu nombre en forma que parezca espontánea, no astuta o calculada. Seductor: que entretenga. Tu nombre e imagen deben cubrirse de asociaciones positivas; vendes placer y expectativa. Acechante: apunta al inconsciente, usando imágenes que perduren en la mente, poniendo tu mensaje en los medios visuales. Enmarca lo que vendes como parte de una nueva tendencia, y se volverá eso. Es casi imposible resistirse ala seducción suave. |