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18 Cartas en este set
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Acompañamiento / Dirección Espiritual
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Suele ayudar a las personas que buscan integrar su fe y su vida conversar periódicamente (por ejemplo, mensualmente) con alguien de confianza. Esta persona actúa como guía [también conocido como amigo(a) espiritual, acompañante o director(a)] para el camino, ayudándoles a encontrar la presencia y el llamado de Dios en las personas y las circunstancias de su vida cotidiana.
Se asume que Dios está presente y que otro, un guía, puede ayudarles a tomar conciencia de la presencia de Dios y también a encontrar las palabras para hablar de esa presencia, porque no están acostumbrados hacerlo. El guía suele ser una persona que escucha, está especialmente capacitado en el discernimiento y por lo tanto es capaz de ayudarles a distinguir las diferentes voces dentro de y en torno a ellos. Aunque pueda sugerir varios tipos de ejercicios/métodos de oración, lo que se pretende es algo más amplio; tiene que ver con toda la experiencia de la persona como lugar para encontrar a Dios. |
A.M.D.G.
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Ad Majorem Dei Gloriam (latín) – “A la mayor gloria de Dios”. Lema de la Compañía de Jesús. [Ver: "magis"]
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Apóstol / apostolado / apostólico
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Apóstol es el rol dado al grupo más cercano de los doce a quienes “envió” [en misión] y a algunos más, como a San Pablo. Por esto, apostolado significa una “iniciativa o actividad misionera” y apostólico se refiere a una característica “misionera.
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Arrupe, Pedro (1907-1991)
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Superior General de la Compañía de Jesús durante casi 20 años. Fue la principal figura en la renovación de la Compañía de Jesús después del Concilio Vaticano II que prestaba atención tanto al espíritu de Ignacio, el fundador, como a los signos de nuestros tiempos. Nacido en el país vasco al norte de España, dejó sus estudios en la escuela de medicina para unirse a los Jesuitas. Fue expulsado de España en 1932 con todos los jesuitas. Estudió teología en Holanda y siguió otros estudios de espiritualidad y sicología en los Estados Unidos. El P. Arrupe vivió 27 años en Japón (donde, entre otras muchas cosas, ayudó a las víctimas de la bomba atómica en Hiroshima) hasta su elección a superior general en 1965. Se le considera fundador de la Compañía de Jesús moderna y post-Vaticano II.
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Compañía de Jesús
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Orden religiosa católica masculina fundada en 1540 por Ignacio de Loyola y un pequeño grupo internacional de “amigos en el Señor”, compañeros de estudios de la Universidad de París.
Comprendían su misión como la disponibilidad para ir a cualquier parte del mundo y hacer todo lo que permita “ayudar a las almas,” especialmente allí donde la necesidad fuera mayor (por ejemplo, donde cierto pueblo o cierto tipo de trabajo estuviesen desatendidos). |
“Cura personalis”
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(Latín: “cuidado de la persona (única, individual)”) – Característica distintiva de la espiritualidad ignaciana (por el acompañamiento espiritual personal, el guía adapta los Ejercicios Espirituales al sujeto particular que los está haciendo) y por lo tanto de la educación jesuita (el profesor establece una relación personal con los alumnos, los escucha en el proceso de la enseñanza y los conduce hacia la iniciativa y la responsabilidad personal para aprender [véase "Pedagogía, Ignaciana / Jesuita]).
Esta actitud de respeto por la dignidad de cada individuo deriva de la visión judeo-cristiana de los seres humanos como creaturas únicas de Dios, de la acogida amorosa de la humanidad de parte de Dios en la persona de Jesús, y del destino de los hombres como la comunión definitiva con Dios y con todos los santos en la vida eterna. |
Dios
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Se dan distintos títulos o nombres al Misterio que subyace a todo lo que existe – por ejemplo: el Divino, el Ser Supremo, el Absoluto, el Trascendente, el Santísimo – sin embargo todos estos son sólo “señales” que apuntan a una Realidad más allá de la capacidad humana de nombrar y más allá de nuestra comprensión humana limitada. Más aún, algunos conceptos se toman como menos inadecuados que otros dentro de una cierta tradición fundada en la revelación. Por esto, los Judíos reverencian a Yahvé (un nombre tan sagrado que no se pronuncia sino más bien se usa un nombre alternativo) y los musulmanes adoran a Allah (el [único] Dios).- Los cristianos entienden a este Dios único como “Trinidad”, como uno que tiene “tres maneras de ser” – (1) el Creador y compañero de alianza (según la tradición hebrea) o “Padre” (el “Abba” en la experiencia de Jesús), (2) encarnado (de carne y hueso) en Jesús” – el “Hijo,” y (3) presente en todas partes del mundo por el “Espíritu.” Ignacio de Loyola tuvo un fu
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Discernimiento (también: “Discernimiento de espíritus”)
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Un proceso de hacer elección, en un contexto de la fe (cristiana), cuando la opción no es entre el bien y el mal sino entre varios caminos de acción posibles, todos potencialmente buenos. Para Ignacio* el proceso implica la oración, la reflexión y la consulta con otros, todas con atención honesta no sólo a lo racional (las razones a favor y en contra) sino también a la realidad de los sentimientos, las emociones y los deseos (que Ignacio llama los “movimientos” del alma). Una cuestión fundamental en el discernimiento es “¿De dónde procede este impulso – del buen espíritu (de Dios) o del mal espíritu (que aleja de Dios)?” En sus Ejercicios Espirituales Ignacio dice que una clave para contestar esta pregunta es: en el caso de una persona que lleva una vida básicamente buena, el buen espíritu da «consolación», actúa quieta y suavemente y conduce a la paz, gozo y obras de un servicio amoroso; mientras que el mal espíritu trae “desolación”, agita, perturba la paz e inyecta miedos y desánimo
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Ejercicios Espirituales
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Una serie de ejercicios espirituales ordenados y escritos por Ignacio de Loyola basada en su propia experiencia espiritual personal y en la de otros a quienes escuchaba. Invitan al “ejercitante” a “meditar” sobre aspectos centrales de la fe cristiana (por ejemplo, la creación, el pecado y el perdón, la vocación y el ministerio) y especialmente a “contemplar” (a saber: entrar imaginativamente a…) la vida, muerte y resurrección de Jesús.
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Encontrar a Dios en Todas las Cosas
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La espiritualidad ignaciana se resume en esta frase. Invita a uno a buscar y encontrar a Dios en todas las circunstancias de la vida, no sólo en situaciones o actividades explícitamente religiosas como rezos en la Iglesia (por ejemplo, la misa) o en particular. Implica que Dios está presente en todas partes y, aunque invisible, puede ser “encontrado” en cualquiera y en todas las criaturas creadas por Dios. Revelan, aunque sea un poco, algo de cómo es su Creador – con frecuencia por suscitar asombro en aquellos que son capaces de mirar con “ojos de fe”. Después de un largo día de trabajo, Ignacio solía abrir las ventanas de su cuarto, salía a un pequeño balcón, miraba a las estrellas y era transportado fuera de sí para entrar en grandeza de Dios.
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Espiritual / espiritualidad
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Lo espiritual con frecuencia se define como lo que es “no-material,” pero esta definición encuentra problemas cuando se aplica a los seres humanos que, tradicionalmente son considerados “cuerpos-y-espíritus,” corporales y espirituales. Sin embargo en algunas filosofías y sicologías modernas la dimensión espiritual de lo humano se niega o se desconoce. Hay muchos aspectos de nuestra cultura americana contemporánea (por ejemplo, el sentido apurado del tiempo y la necesidad de producir y producir) que hacen que sea difícil prestar atención a esta dimensión.
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Fabro, Pedro (1506 – 1546)
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La versión latina e inglesa de Pierre Fabre: estudiante de la Universidad de París, del sur de Francia, que compartió el cuarto con Ignacio de Loyola y Francisco Javier y junto con ellos y varios más fundaron la Compañía de Jesús. Mucho de su ministerio se realizó en Alemania. Allí elaboró las pautas para el diálogo ecuménico con los Luteranos, pero éstas, lamentablemente, no se llevaron a la práctica. Entre los primeros compañeros fue reconocido como el mejor guía para los que hacían los Ejercicios Espirituales.
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IHS
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Las tres primeras letras, en griego, del nombre Jesús. Estas letras se encuentran como símbolo en el sello oficial de la Compañía de Jesús o los Jesuitas.
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Inculturación
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Es un concepto teológico moderno que expresa un principio de la misión cristiana implícita en la espiritualidad ignaciana – es decir, que el evangelio ha de ser presentado a toda cultura en términos inteligibles para ella y ha de permitírsele crecer en el “suelo” de esa cultura; Dios está presente y activo allí de antemano (“la acción de Dios antecede la nuestra”- Congregación General 34 de los Jesuitas [1995], “Nuestra Misión y la Cultura”).
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Javier, Francisco (1506 – 1552)
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Como Ignacio, nacido en el país vasco al norte de España, Francisco se hizo íntimo amigo de Ignacio en la Universidad de París, llegó a compartir la visión ignaciana al hacer los Ejercicios Espirituales, realizó esa visión por medio labores misioneras en la India, el archipiélago indonesio y Japón. Fue el primer jesuita que salió hacia pueblos de culturas no europeas. Al pasar de sus empresas misioneras tempranas en la India a las posteriores en el Japón parece que comenzó a darse cuenta de las implicaciones de lo que hoy llamamos inculturación.
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Kolvenbach, Peter-Hans (1928- )
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Nacido en Holanda, fue el superior general de la Compañía de Jesús desde 1983 cuando se permitió a los Jesuitas volver a su propio gobierno después de un período de “intervención” papal, hasta el 2005.
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Magis
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(latín, significa “más”) - Es el término referente al “Mejoramiento Continuo de Calidad” tradicionalmente usado por Ignacio de Loyola y los Jesuitas que alude al espíritu de excelencia generosa en el que el servicio debe realizarse. (ver: Ad Mayorem Dei Gloriam - “A la Mayor Gloria de Dios.”)
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Servicio de la Fe y la Promoción de la Justicia
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En 1975, Jesuitas de todo el mundo se reunieron en una asamblea solemne para evaluar su situación actual y trazar sus planes para el futuro. Siguiendo lo avanzado por una asamblea (un sínodo) internacional de obispos católicos, lograron ver que la marca distintiva de todo ministerio que mereciera el nombre de jesuita sería su “servicio de la fe” del cual la “promoción de la justicia” es un requisito absoluto. Dicho de otra manera, la educación jesuita debe destacarse por la manera en que ayuda a los estudiantes – y, por lo mismo, al cuerpo docente, a los directores y a los administradores – para avanzar, en libertad, hacia una fe madura e intelectualmente adulta. Esto incluye prepararlos para desarrollar una sensibilidad disciplinada hacia el sufrimiento de nuestro mundo y una voluntad para actuar en la transformación de las estructuras sociales injustas que lo causan.
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