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Los sistemas nerviosos y endocrinos, conocidos también como sistemas de coordinación, son los responsables de coordinar todas esas funciones que garantizan la supervivencia del individuo. Ambos sistemas activan los mecanismos de regulación necesarios para que, a pesar de que se produzcan variaciones en el medio, el equilibrio en el interior de nuestro cuerpo se mantenga.
El conjunto de mecanismos neuroendocrinos dirigidos a conservar dicha estabilidad se llama homeostasis.
La función del sistema nervioso es regular las distintas actividades del organismo. Está formado por tejido nervioso de miles de millones de neuronas y de células de la glía que brindan a la célula nutrición y protección.

LAS NEURONAS
Son células que reciben, almanezcan y transmiten información a través de impulsos eléctricos llamados impulsos nerviosos.
Partes de la neurona: CUERPO NEURONAL, DENDRITAS, prolongaciones del cuerpo de una neurona. Reciben el impulso nervioso y lo transmiten hacia el cuerpo neuronal.
AXÓN, prolongación del cuerpo neuronal que transmite el impulso nervioso hacia otras neuronas o a células efectoras, de una neurona a otra o de una neurona a una célula efectora.
Transmisión del impulso nervioso:
1. El impulso nervioso llega hasta las dentritas provocando un cambio en su membrana plasmática que se traduce en una señal eléctrica.
2. La señal se transmite por el axón.
3. Al llegar al botón terminal se liberan los neurotransmisores al espacio sináptico.
4. Los neurotransmisores se unen a los receptores de las dentritas de la siguiente neurona y se repite el proceso de nuevo.
VAINA DE MIELINA, cubierta que protege el axón y aumenta la velocidad de la conducción del impulso. BOTONES TERMINALES, están en el extremo del axón y contienen neurotransmisores que son sustancias químicas que permiten que el impulso pase de una neurona a otra o de una neurona a una célula efectora.
Componentes del sistema nervioso:
Sistema Nervioso Central (SNC) está formado por el encéfalo y la médula espinal que están protegidos por una membrana llamada meninges y por el líquido cefalorraquídeo.
Sistema Nervioso Periférico (SNP) comprende todo el tejido nervioso situado fuera del SNC.
EL ENCÉFALO
Partes: CEREBRO, interpreta información de los receptores sensoriales, regula la actividad muscular y participa en procesos emocionales e intelectuales. Su superficie está aplicada y forma circunvoluciones. Consta de dos hemisferios unidos por el cuerpo calloso formado por axones neuronales. Tiene una capa de sustancia gris superficial llamada corteza cerebral.
Por debajo, se sitúa la sustancia blanca cerebral. La sustancia gris está formada por cuerpos neuronales y dentritas. La blanca por axones cubiertos de mielina.
TÁLAMO E HIPOTÁLAMO. Están relacionadas con la producción de hormonas y el control del sistema endocrino CEREBELO . Se encarga de la coordinación motora, la postura y el equilibrio. Tiene dos hemisferios y una zona central.
TRONCO ENCEFÁLICO. Conecta el encéfalo con la médula espinal y mantiene la coincidencia y el despertar. Incluye el bulbo raquídeo que regula la frecuencia cardíaca y respiratoria y la presión sanguínea.
LA MÉDULA ESPINAL
Es un cordón nervioso que discurre por el interior de la columna vertebral. La médula espinal se extiende desde el bulbo raquídeo hasta el borde superior de la segunda vértebra lumbar. Comunica el encéfalo con el sistema nervioso periférico.
Controla muchos actos reflejos.
Principales Trastornos del Sistema Nervioso Central:
Enfermedades de origen vascular. Afectan a los vasos sanguíneos del encéfalo. Son más frecuentes en las personas de edad avanzada, como la hipertensión y sustancias adictivas como el tabaco, el alcohol y otras drogas.
Enfermedades neurodegenerativas. Hay una destrucción de neuronas en una o varias zonas del encéfalo, que origina una pérdida progresiva de las funciones del sistema nervioso.
Ictus o accidente cerebrovascular. Se produce cuando un vaso cerebral se destapona o se rompe. Esto disminuye el riego sanguíneo y puede provocar la muerte de las neuronas.
Pérdida brusca de fuerza en la mitad del cuerpo, un brazo, una pierna. Confusión, dificultad para hablar, parálisis de un lado de la cara.
Enfermedad de Alzheimer. Olvidos frecuentes, cambios de la conducta, pérdida progresiva de la memoria, desorientación en tiempo y espacio.
Enfermedad de Parkinson. Temblor, inestabilidad de la postura, rigidez muscular, etc.